Siguiendo el criterio de la teoría de la evolución acerca de los tiempos de adaptación del hombre a los cambios ambientales, que varían para todas nuestras funciones, la obesidad guardaría relación con la presencia de insulina, hormona que le permitió a nuestros ancestros sobrevivir a las hambrunas, a las que se vieron sometidos, al poder acumular reservas energéticas en forma de grasa
En este supuesto, se asientan los beneficios atribuidos a la denominada dieta del Paleolítico, cuya particularidad es la de utilizar los mismos alimentos de aquella época.
La falta de adecuación de la secreción de insulina, a la sobreabundancia de alimentos, que apareció con el desarrollo de la agricultura, sería entonces en parte responsable del creciente número de obesos, conjuntamente con la tendencia al sobreconsumo de comida.
La comida es le central en reuniones sociales, es también, desde lo personal una de las formas de obtener placer, debido a los estímulos hormonales que provoca, la relación con un complejo entramado que el contenido químico y su efecto adictivo, del marketing de la industria alimentaria, (que apunta al consumo mas que a la salud), al diseño mismo de los alimentos, y además a la falta de actividad física. .
En realidad la creciente complejidad de nuestro entorno, dificulta seriamente poder asimilar y comprender la enorme cantidad de información de todas las disciplinas, cuando menos tiempo disponemos para dedicarle.
A semejanza de lo que sucede con la permanente expansión del universo, que al sumar diversidad y complejidad, dificulta notablemente interpretar sus orígenes, de la misma forma la ciencia médica está prestando poca atención a la importancia del medio ambiente y su relación con la vida en nuestro planeta.
A solo efecto comparativo con la inteligencia artificial, imaginemos la dificultad de operar los desarrollos del software de los últimos años, con los viejos procesadores de la década anterior, coincidiremos en que esto es imposible.
Sobre el particular de la teoría de la evolución y su influencia en la interpretación de nuestro comportamiento, y de la interacción en las relaciones interpersonales volveré en otro momento, porque considero de suma importancia entender su complejidad para nuestro beneficio.
La creciente dificultad en el afrontamiento de muchas enfermedades, quizás le haya dado entidad, al planteo bélico de la medicina frente a muchos de estos padecimientos. Palabras como batalla, lucha y guerra contra las mismas no representan otra cosa que la evidencia de nuestro fracaso intelectual, (como la de toda guerra), de la visión que la medicina ofrece, basada en viejos paradigmas, de la búsqueda el origen, del gran espectro de la enfermedad humana.
Existe un número creciente tanto de enfermedades y de enfermos a pesar de los avances de la medicina tanto en su capacidad diagnostica como terapéutica, el médico mismo forma parte de esta población afectada, siendo que su propia y académica actividad se ha convertido en una de las mayores causas de morbi-mortalidad.
Ello es así por la creciente intervención medicamentosa en el afán de controlar y mejorar la calidad de vida , frente a la suma de patologías que aparecen tanto acompañando nuestro envejecimiento, como al incremento del promedio de vida, dichos medicamentos, introducen nuevas variables de una complejidad de tal magnitud, de interacciones, errores de toma, suma de efectos etc.
La falta de eficacia en el enfoque de la medicina clásica, es quizás la responsable del crecimiento de terapias alternativas, como una opción frente al fracaso de aquella.
Somos como individuos el resultado superior de la evolución de la complejidad biológica y a la vez estamos compuestos por 60 % de agua, millones de células con una organización sorprendente, diferenciadas en sus funciones y conectadas y subordinadas a nuestra mente.
Esta organización está bajo estudio permanente, las funciones celulares están siendo abordadas por el paradigma emergente actual: la biología molecular, la ciencia ha evolucionado de tal manera, que el médico deberá comenzar a entender, los procesos fisiológicos a nivel de las estructuras celulares y sus componentes, porque son las alteraciones de la normalidad de estos, los que originan enfermedades.
En una de las primeras notas me referí a los disruptores endocrinos, su creciente conocimiento evidenciado por los más de 600 artículos de investigación que se publican actualmente en forma creciente desde el 2003, allí mencionaba que son como la parte visible de un iceberg, en si mismo porque lo que se conoce lejos esta del conocimiento pormenorizado de su importancia y por otra parte, tanto o más importante aún porque señalan que así como las señales hormonales pueden ser modificadas, cualquier otra función celular puede ser objeto de interferencias en su función normal.
Claro ejemplo de ello es la introducción de cambios en la epigenetica, con el agravante que los mismos pueden ser trasmitidos hasta tres generaciones y por ende, muy difíciles de estudiar para la ciencia.
Seguiré mas adelante tratando de descifrar el conocimiento en diferentes capítulos sobre el conocimiento actual de los contenidos descriptos hasta el momento.
En atención a la síntesis, volvamos a la obesidad, que en general se atribuye a malos hábitos de vida, sedentarismo y alto ingreso calórico en personas con un mapa genético predisponente, frente a esta situación se han intentado y se siguen intentando diversas estrategias, sin embargo el sobrepeso y la obesidad siguen ganando terreno, digamos que en términos militares, se ganan algunas escaramuzas pero hemos perdido la guerra.
La obesidad aparece con la comida occidental en China, en la comunidad de indios Pima (1) en México, el cáncer de mama y de colon de baja incidencia en Japón, pero se incrementa en los japoneses que viven en los Estados Unidos. (2)
Una de las grandes contradicciones de la obesidad es que siendo el aporte calórico elevado en general la población tiene niveles de energía muy bajos.
Una explicación a la misma es la aparición de estudios que demuestran la ineficiencia de las mitocondrias (estructura dentro de la célula encargada de producir energía) en pacientes con sobrepeso y diabetes.
El sistema mitocondrial a nivel muscular se comporta como un cableado de energía en personas normales, mientras que en los diabéticos y obesos el cable desaparece y las mitocondrias funcionan aisladamente (3), circunstancia esta que evidencia una falla en nuestro reactor nuclear, con dos consecuencias ineludibles: primero la caída de la producción de energía y la segunda mas grave, la contaminación de estructuras vitales de nuestras células, por la liberación exagerada de radicales libres.
Este daño se ejerce sobre el ADN mitocondrial, demás estructuras de las organelas intracelulares como proteosoma etc., la peroxidación de los lípidos que forman parte de todas las membranas celulares, para luego, agotadas las capacidades de amortiguación y neutralización de los radicales libres a dicho nivel del sistema de defensa, expandirse a todo nuestro .
Otro de los paradigmas antiguos es el de la enfermedad coronaria, cuando en reuniones médicas, que incluyen a médicos recién formados, residentes y concurrentes les he pedido que frente a la palabra infarto o episodio coronario que imagen visual se les presenta, sin variaciones responden que el problema radica en la presencia de placas de colesterol en las arterias coronarias.
Si bien esta imagen corresponde, no es el origen, sino el epifenómeno terminal del agotamiento de posibilidades que tiene nuestro organismo para limitar el daño que comenzó muchos años antes, pero también expresa que el paradigma médico aún de los jóvenes profesionales no ha incorporado la imagen del daño subcelular como el origen de lo que vendrá después
La asociación demostrada últimamente entre la presencia de hígado graso, enfermedad coronaria y lesión renal, su incremento en diabéticos y obesos, es a mi entender la expresión de daño común en todos los niveles, probablemente en la alteración de la producción de energía a nivel mitocondrial, con el consiguiente incremento del estrés oxidativo.
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