Recuerdos del futuro u olvidos del pasado
- Carlos Orfilio Franco
- 20 sept 2014
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 9 mar
Recuerdos del futuro u olvidos del pasado En esto días en que la inseguridad , la educación y la corrupción ocupan horas de debate y metros de papel, cerrando los ojos y tratando de recordar la historia de la humanidad, se me ocurre pensar que hemos descubierto inconscientemente un atajo hacia el pasado o una nueva versión del túnel del tiempo. Trataré de aplicar esta idea a nuestro presente, no con el supuesto de un tratado amplio, sino con una apretada síntesis de algunos aspectos de nuestro enfoque y comportamiento humano La inseguridad: nuestra sociedad fue modificando la respuesta a través del tiempo, para enfrentar la violencia, basada en principios humanísticos de superación de la justicia por mano propia, pasando por tribunales de enjuiciamiento, con o sin penas de muerte aleccionadoras, ejecutadas por verdugos o profesionales carceleros. Posteriormente en muchos países se abolió la pena de muerte, obviamente por razones valederas, relacionadas con la factibilidad de enmendar errores humanos y de procedimiento, que pudieran llevar a la ejecución de inocentes y nuevamente en principios humanísticos que tienen que ver con principios éticos y morales. Se crearon las cárceles con un criterio correccional, para reeducar y re-insertar a quienes delinquieron en ciudadanos con plenas capacidades y rehabilitados socialmente. ¿Que pasó entonces que llegamos otra vez al punto de partida donde una mayoría de la sociedad ve como salida volver a los principios? He aquí la verdadera llave para entender y corregir, antes que sea demasiado tarde y volvamos a la barbarie: fracasó el estado, una y otra vez en el curso del tiempo nos olvidamos del pasado, de los orígenes y del sentido del por qué hicimos lo que hicimos, toda otra discusión es estéril. Si tuvimos el diagnóstico, aplicamos un tratamiento adecuado y consensuado, ¿Por qué razón no persistimos en el camino correcto? Respuesta: nos olvidamos, priorizamos como sociedad otros temas, utilizamos las cárceles como lugar de depósito de personas, quienes en condiciones de vida cuasi infrahumanas, más que corregir errores de conducta, incrementaron su odio hacia la sociedad, nos desentendimos de ellos, como forma de minimizar el problema, lo que no veo no existe. El próximo paso es volver al origen: justicia por mano propia. El relato: aplicado al discurso del gobierno de turno se refiere a la imagen de realidad ( imagen término relacionado al de imaginación) que confronta con la vida real de gran parte de la sociedad, pero es también la de nuestra propia conciencia, que niega u olvida nuestros orígenes, así como la palabra de muchos líderes de nuestra historia. Es en términos del periodismo actual, el show mediático en busca de audiencia, publicidad, dinero, olvidando su función de informar estrictamente sobre hechos. El periodismo de opinión es en muchos casos ejercido por individuos sin cualidades profesionales y éticas para ello. El debate por el debate mismo, le reedición constante de polémica en el bar, lo picante es macabro, todo pasa por describir u analizar con alguna sagacidad la realidad, pero se ha perdido lo primordial, el objetivo que es ofrecer diagnóstico apropiado y alternativa de corrección, (el panelismo al máximo) Interpretamos los hechos como ajenos a la realidad, parecen críticos de cine, y lo que nos pasa y les pasa es la vida real. En educación es minimizar también nuestra historia, nuestro país se construyó con el esfuerzo de miles de personas de distintas nacionalidades, el esfuerzo es condición inherente y necesaria de las capacidades y necesidades del ser humano, es la contraparte del desapego, de la falta de motivación, del ingreso a la satisfacción inmediata (dinero fácil, droga, placer del cualquier tipo y a cualquier costo). Es la negación también de los más avanzados estudios de neurociencia, de las enseñanzas de los más encumbrados líderes de la humanidad, independientemente de su religiosidad. Es, por supuesto, el componente predominante de nuestros gobernantes. Es la manifestación de la culpa de los padres, por su falta de preparación y de su escasa ocupación, respecto a sus hijos, así como de los políticos, de su compromiso con la gente, que conlleva implícito el ejercicio del poder para beneficio propio, al engaño de prometer algo, para hacer luego todo lo contrario (el país del tero). Aquí gana la partida no quién tiene cartas, sino quién miente mejor (como en el truco). En este camino, nos han colocado nuestros propios errores o elecciones, como se prefiera. En economía aquí otra vez estamos volviendo al Medioevo, los impuestos son confiscatorios, asfixiantes y para peor utilizados para dos cosas beneficio propio (corrupción) y clientelismo (diferente de inclusión social). A la primera no hay necesidad de explicarla. Respecto de la segunda, es otra vez un engaño. Los planes sociales son necesarios pero a corto plazo, la obligación del Estado es crear fuentes de trabajo, nuestro país tiene importantes obras de desarrollo para realizar, y podría haber sido una oportunidad histórica realizarla con los beneficiarios de dichos planes. Nuestra realidad económica nos muestra, que se decidió hacer lo contrario, hay cada vez más necesidad de planes sociales, la emisión monetaria terminará por no alcanzarla y la inflación que deviene de la misma, será como darle a los beneficiarios papelitos de colores, por su cada vez más exiguo valor. Este es el caldo social del conflicto permanente y creciente. Lo que se recibe sin esfuerzo solo da placer cada vez más corto en duración, la necesidad de mantenerlas y aumentarlas, en un verdadero círculo vicioso y pernicioso. Es realmente asombroso que con tanto economistas capacitados aquí y en el extranjero vivamos cíclicamente, idénticas frustraciones, será que ninguno de ellos estudia historia argentina, será que se convierten en discípulos del poder político, olvidando la disciplina económica en busca el resultado de este último, en detrimento de una praxis adecuada a la ciencia La corrupción como cáncer de la sociedad este es un tema prioritario para encararlo, de no hacerlo nada tiene futuro, porque como el cáncer tiene vida propia y crecimiento ilimitado y voraz, se extiende como el mismo localmente y a distancia. Necesita eliminar las barreras que ofrecen los remedios institucionales (inmunidad) contagiando a opositores y a honestos de la propia tropa, a los mecanismos de control, a la justicia. Para ello necesita recursos económicos que genera con más corrupción (obras necesarias e innecesarias, sobreprecios, etc.) para su expansión territorial y para generar cobertura a futuro, comprando voluntades con el dinero de todos, una vez que pierden poder político. Para ello también necesitan la reelección, para tener el tiempo necesario para cubrir la retirada y borrar huellas. Una vez subidos a este barco, no se pueden bajar sin pagar costos, por supuesto que entonces siguen adelante profundizando su accionar. Las necesidades cada vez mayores de recursos para la mala administración y la corrupción son el origen de nuestra increíble deuda externa, de esta todos son responsables gobiernos sucesivos y oposición, también nuestra falta de educación y facilismo para pensar en el ahora nuestro, mas que en el bien de las futuras generaciones. Es necesario explicar que frente a este desatino, no hayamos desarrollado la capacidad de juzgar, penar a los responsables y confiscar sus bienes, hay en ello complicidad corporativa. Y van por más, las urgencias propias de la mala praxis y la corrupción nos han colocado frente a la falta de recursos energéticos, Vaca Muerta aparece como las joyas de la abuela, todo ahora es urgencia, no importan cláusulas contractuales de explotación, aun las hay secretas. En esta entrega quizás se esté comprometiendo recursos acuíferos de nuestro suelo. En la urgencia de los políticos por evitar el colapso económico a nivel Nacional y Provincial, se están llevando todo por delante, incluyendo obviamente nuestro futuro, porque sin petróleo se puede vivir pero sin agua no. Del narcotráfico al Narcoestado este es una consecuencia directa de la corrupción, en la carrera por conseguir recursos para si mismo, comprar voluntades y asegura impunidad la red se extiende continuamente, lo que no pueden comprar lo eliminan del camino, de alguna forma que incluye la física, aumento de criminalidad. Otra vez la droga química o la del dinero fácil, encuentra adeptos en todas las clases sociales. Otros por temor o amenazas familiares, no hay red de contención, las fuerzas políticas y de seguridad implicadas, la justicia comprada no dejan resquicio alguno para la resistencia de individuos por más valientes y decididos que sean. Crisis de hombre no de los sistemas, el que está en crisis es el hombre y su identidad de humano, con los valores propios que son característica diferencial, dentro de las cuales se destacan como preponderantes y distintivas la capacidad de pensarse a sí mismo y la de postergar el placer, la satisfacción o su propia postergación en función de la preservación entre otros valores la de su propia descendencia. Estamos en reversa absoluta de los mismos, la avidez por los bienes materiales a cualquier costo como vimos más arriba, el sexo como objeto de placer, el consumo de drogas, el tráfico de las mismas, la corrupción como medio de obtener dinero rápido, el aborto, la violencia de todo tipo, incluida la de género, etc. No es una crisis del sistema democrático, es universal, independiente del tipo de sistema de gobierno. Es la degradación de toda institución que resalte valores éticos y morales, que podrían constituirse en valla de contención aleccionadora, sobre las formas de perfeccionar nuestra humanidad. No es religiosa, porque excede todo marco de religión, es inaceptable la violencia como mandato divino, las guerras religiosas no lo son por mandato de la religión, sino por apetencia humana, interpretando a su antojo los textos religiosos de cualquier origen. Tenemos la inaceptable capacidad de transformar en un monstruo todo lo que pasa por nuestras manos o cerebro, localmente lo hemos hecho con todos estamentos sociales. En relación social es altamente llamativa la discordancia que existe entre la tolerancia social frente a la corrupción del estado, fundamentalmente del gobierno y la extrema intolerancia con el prójimo, la enorme crispación social que es producto de una construcción, que encontró en la últimas décadas, su mayor expresión de estado ausente, como rector de ética, transparencia pública de acciones, vocación de servicio, renunciamientos personales al culto de sí mismo y eje fundamental en el ordenamiento de la Justicia, la igualdad de oportunidades y la cultura del esfuerzo. Es el fracaso del estado y no otra cosa, lo que origina la frustración de nuestra sociedad, no es la respuesta frente a la inseguridad la que explica el estado de situación, sino la ineficacia e ineficiencia del gobierno en la toma de decisiones para enfrentar el caos en los que el país se desenvuelve. Me refiero al “Estado” porque la palabra nos engloba a todos gobernantes y gobernados y además hay un continuo defeccionar que no solo comprende a la última década. No se vislumbra en la situación actual, una solución mágica a este camino caótico, la salida o el retorno a la senda de progreso económico, social y humano de nuestra sociedad, está en directa relación al grado de compromiso, de la suma del esfuerzo de todos por alcanzarla. Tendremos que promocionar los valores de una sociedad diferente en nuestro ideario, debemos convencernos que la solución depende de nosotros, que somos quienes vamos a elegir nuestro destino señalando, empoderando y controlando a los líderes que sepamos conseguir. A mi entender deberán reunir como indispensables las cualidades de humanismo, honestidad, y gestión hacia el bien común, promoviendo el desarrollo, y la base para un crecimiento armónico y sustentable de todo el país
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